Editorial

Reflexión en un marzo feminista

En el Día Internacional de la Mujer, que seguramente desde hoy conoceremos como 8M, fuimos testigos de un movimiento sin precedentes en la historia reciente de Chile, en lo que respecta a la demanda por los derechos de las mujeres. Según cifras de las organizaciones que lideraron la convocatoria, fueron más de 800 mil las mujeres que salieron a marchar a lo largo del país, bajo diferentes consignas de apelación al fin de la violencia machista y una cultura patriarcal que vulnera sus derechos a diario en las calles, en el sistema de pensiones, en el acceso a la salud y el mercado laboral, entre otros.

Este día marca con fuerza un hito que sin duda da paso a un «2019 feminista». ¿Cuál es el rol de los medios de comunicación en este escenario?, antes que todo, abordar el movimiento con el mismo rigor que debe ser tratado todo contenido noticioso, transmitiendo datos fidedignos, contrario a la lamentable situación que protagonizó el área de prensa de Megavisión al utilizar imágenes de archivo de otra manifestación para vincular esos hechos de violencia con la huelga feminista, hechos que en la realidad nunca ocurrieron.

En segundo lugar, los medios deben leer claramente el contexto social y acompañar el cambio de paradigmas, así lo han entendido algunos medios capitalinos como CHV y CNN que, previo al 8M, realizaron especiales de prensa destacando a mujeres líderes. Diferente situación se vivió a nivel regional con un medio de prensa escrita, que al parecer no se ha ajustado a los tiempos y junto con no dedicar una editorial al Día de la Mujer el 8M, incluyó un saludo ajeno a lo que se busca instaurar en esta fecha.

Los medios deben hacerse cargo de estos nuevos tiempos, construyendo puentes, destacando logros y aportes de mujeres líderes, que históricamente han sido invisibilizados u opacados por logros masculinos. Deben abrir el diálogo, indagar en las demandas y sus dimensiones, promover el debate y predicar con el ejemplo en el tratamiento de la noticia, no pueden seguir existiendo, por ejemplo, titulares que se refieran a un caso de femicidio como «crimen pasional».

Pero eso no es todo, queremos más mujeres teniendo la posibilidad de asumir la dirección de medios de comunicación en el país, mujeres editoras y jefas de prensa, porque sabemos que hay muchas periodistas altamente calificadas para esos puestos. Queremos también que no exista brecha salarial entre hombre y mujer por un mismo trabajo al interior de medios escritos, digitales, de radio y TV; tampoco queremos que sigan existiendo periodistas vulneradas en su rol de madre por la precarización del empleo.

La sociedad está cambiando y los medios de comunicación deben reflejar ello no sólo en su línea editorial, sino también en su estructura orgánica. Desde el lugar que ocupan en la sociedad, los medios de comunicación, deben ser los primeros en ponerse al día en esta transformación que en este histórico mes de marzo ha comenzado para Chile.

Revista Letra Brava