Punto de vista

El Litio y los diálogos pendientes

Estamos en una Era geológica del Antropoceno, el impacto del ser humano en el planeta, en este caso me quiero situar en la  extracción de Litio en Chile, el que es parte del “triángulo del litio” en el sur de América latina (Bolivia, Argentina y Chile),  y que va en beneficio de una mayor inversión nacional para mejorar temas de salud, educación, transporte entre otros. Sin embargo, “Su costo será alto” para el futuro del planeta, se trata  de una sequía inminente que alertan los investigadores que exploran los salares y el método que usan para esta extracción. Pero están investigando antes de intervenir las aguas de los salares de la región de Atacama, espacios donde habita un microuniverso (microorganismos, flora y fauna) que posiblemente dejará de existir en un tiempo futuro; seguramente nuestra existencia, que sin saberlo depende de estas otras especies, tendrá un impacto negativo si se toman decisiones a la ligera. Nuestra poca capacidad empática de dialogar con seres de otras especies nos conducirán a seguir cometiendo errores para el futuro de toda vida humana y/o también de otros seres, como ya ocurrió en nuestra historia pasada.

¿Podrán dialogar el turismo, medio ambiente y la extracción del litio por  el “progreso” de nuestra nación? Donde el Capitaloceno (que se basa en la crítica a la noción del Antropoceno, de la acción humana sobre el planeta sin importar sus consecuencias a costa del “progreso”),  del que hace referencia Donna Haraway (filósofa estadounidense) para evitar referirse a nuestra época actual como el Antropoceno: Haraway prefiere el concepto de lo que llama el Chthuluceno citado en su  libro Seguir con el Problema (Ed. Conssoni, 2019), explica que es lo contrario al Capitaloceno que permite que continúen lo desastres medio ambientales sin importar los impactos negativos que amenazan el planeta.
Haraway, así como otras autoras incluye la ciencia ficción, la ciencia especulativa, con el propósito de promover a que veamos interconexiones, porque la realidad “es así”, y la ecología es lo central, es lo urgente, necesitamos replantearnos las realidades y nuevas formas de pensar la realidad, donde tengamos el pensamiento sobre las decisiones y consecuencias que podríamos tener, sostener una capacidad de respuesta, no nos sirve ser pesimistas, tampoco creer que salvaremos al mundo, la realidad es lo que es y vemos hoy, es urgente ver el problema y establecer relaciones que vayan más allá de nuestra especie, el Chthuluceno es la esperanza de conectar con la realidad,  es tentacular, muy distinto al Capitaloceno que permite esa carrera desaforada por extraer hasta el último combustible fósil, viéndolo cómo algo positivo al impacto. Raro no? Pero parece que funciona en el presente que no es presente, porque estamos con crisis climáticas evidentes. 

En el caso del litio, hay que evaporar el agua del salar para extraerlo, no es mejor que se evapore solo?, pero cuánto tardaría ? Esta vía de esperar y generar el menor impacto para sobrevivir están en el Chthuluceno. 
Es posible generar esa conciencia colectiva? : “No estamos solos, es imposible estar solos, todo ser vivo hay que incluirlo en las conversaciones versus decisiones”.

Las especies se verán afectadas por los impactos del ser humano, incluir a los seres vivientes es una necesidad,  incluso es la posibilidad de comunicación con quienes habitamos el mismo planeta, sin ser de la misma especie, pensar el futuro cómo ciencia ficción así como Ursula K y Haraway, que hacen esos ejercicios de imaginar cómo se podría sobrevivir en el futuro. Autoras que piensan en las consecuencias y de cómo sobrevivir frente a lo que ya tenemos, ser capaces de ponerse en el lugar del otro. Lógicamente no bastan los estudios científicos, es importante invitar a las comunidades y también incluir a las especies (que son los que habitan en donde “colonizaremos”) , quizás así se podría lograr un menor impacto a esta necesidad que nos empuja al progreso. Si bien está considerada la mesa de diálogo con las comunidades indígenas en el Salar de Atacama (Antofagasta), y que además adquiere un compromiso de protección y sustentabilidad, es porque hay voluntades de trabajar en conjunto creando un menor impacto medio ambiental, que es lo mismo que debería suceder con esa posibilidad de extraer litio en la región de Atacama, a través del proyecto Laguna Verde (año 2026), integrando  a los Ministerios competentes en la materia y, por supuesto, a sus respectivas instituciones representantes en regiones y que tienen una mayor claridad de su localidad. Además de las comunidades indígenas, agencias de turismo, agentes turísticos, entre otros. Y aquellos expertos que saben de microorganismos y son parte de la voz de los otros seres vivientes. Pero me parece importante insistir en dar respuestas al problema, y no generar más problemas sin respuestas habitando en el nocivo Capitaloceno. 

Claudia Latorre Zepeda, Periodista, escritora y gestora cultural

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