Punto de vista

«Cita a ciegas: La encerrona de los enamorados»

 

A ersh!!! ¿Saben ustedes qué es lo peor de que una por una las componentes de tu círculo de amigas vayan cayendo en las redes del amor?… ¡¡¡Eureka!! Que ya no las ves…. Pero vamos, ese es un factor que se veía venir y no es el más despiadado.

Como si fuera poco ser parte de los corazoncitos que brotan en el ambiente y que casi el único tema de conversación sea el príncipe azul en cuestión, lo peor de lo peor ¡¡Es que quieren que tú seas parte de ese limbo tan preciado que se ha formado repentinamente!! Y qué mejor para lograr el objetivo, que programarte una cita a ciegas… Uff!! realmente del terror,
porque para hacer más deplorable la situación, nadie te avisó de los planes… Al menos para ponerte en guardia.

Pero ahí estás, llegando al lugar de la cita -que se suponía para tres- y te encuentras con un cuarto invitado de piedra, el que seguramente tu amiga y su adorado tormento han analizado como “elegible” para tus gustos. ..
Mishh…¿Cuándo respondiste la encuesta al estereotipo en cuestión? Ni luces… Y tal vez la encerrona no fue sólo para ti, porque, seamos francos… Para los enamorados no hay más idílica historia de amor, que aquella en que el mejor amigo y la mejor amiga (de ellos) se quedan juntos.
¡¡Por Dios!!… Si está científicamente comprobado que las probabilidades son mínimas ¿Para qué lo siguen haciendo?

Pero bueno, ya estás en el juego. Así que no queda más que brindar tu mejor sonrisa forzada y aguantar que te miren de los pies a la cabeza detalladamente como en inspección de regimiento. Saludas y te preparas para la ronda de preguntas rutinarias. Antes si, esperas la avalancha de frasecitas referidas a la vida del prospecto y los halagos hacia tu persona.. ¡¡Peor!!… Incomodidad pura… Mejor, para pasar el mal rato,
pides un trago o te tomas el pisco sour de cortesía… En casos como este, cualquier micro te sirve para acompañar la situación.

Y… ¿A que te dedicas?… ¡¡Partimos!!. Lo mismo de siempre. Una biografía de tu vida resumida, y por cortesía preguntas la de él, mientras piensas… ¿Sabría este sujeto del plan?… ¡En qué estaba pensando tu amiga!.. Ya a esas alturas elocubras siniestramente la manera de sacarla de tu lista de contactos y sigues sin entender por qué quienes encuentran su media naranja, medio limón, manzana o lo que sea; tienen esa rara necesidad de que sus amig@s también lo hagan.

Y puede que el tipo sea simpático, ingenioso y bastante bien parecido… Pero el sólo hecho que lo hayan impuesto, hace que cual niña taimada te niegues a mirarlo con ojos de gata en celo. ¡To much!

Así que, ¡enamorados del mundo!. La próxima vez que se les ocurra organizar una cita como esta, al menos -por la dignidad de los involucrados- hagan que parezca un accidente.

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