Editorial

Raúl 2

Educación: La llave para abrir puertas en el mercado laboral regional

De acuerdo con los distintos análisis sobre educación, es mayoritariamente compartido entre los investigadores que el nivel educativo incide positivamente en la búsqueda de empleo y en la calidad de éste. Según los datos analizados por el Observatorio Laboral de Atacama, las personas que tienen mayor nivel de educación también tienen una mayor tasa de ocupación, es decir, poseen una mayor probabilidad de acceder al mercado laboral en calidad de ocupados.

De acuerdo con las cifras de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), para el trimestre móvil octubre – diciembre 2024, las personas con educación técnica nivel superior tenían una tasa de ocupación del 75,0%, mientras que las personas con nivel universitario alcanzaban un 74,2%. Por otro lado, las personas que señalaron tener educación secundaria presentaron una tasa de ocupación de un 58,3%, en tanto, las personas que declararon tener educación primaria solo alcanzaron un indicador de 39,8%. En comparación al mismo periodo del año 2019, tenemos que la tasa de ocupación de las personas con nivel universitario creció en 5,2 puntos porcentuales (p.p.), mientras que la tasa de ocupación de las personas con nivel primario disminuyó en 4,6 p.p. Esto es una señal que a las personas con menor nivel educativo les está siendo cada vez más difícil ingresar al mercado del trabajo, el cual es cada vez más exigente y competitivo.

A partir de la Encuesta Suplementaria de Ingresos 2024 (ESI), se puede constatar que el ingreso mediano nominal de las personas con educación primaria en Atacama es de $456.595 pesos, mientras que para las personas con educación universitaria es de $1.011.369 pesos. Generalmente, las personas que tienen educación primaria constituyen la fuerza de trabajo de las denominadas ocupaciones elementales, es decir, aquellas que requieren un desempeño de tareas simples y rutinarias de carácter físico o manual. Generalmente, estos empleos son de una baja calidad y con una escasa proyección de movilidad social.

Entonces, ¿cuál es el desafío? La primera tarea es seguir ampliando la oferta y las oportunidades de acceso para la consecución de estudios superiores a nivel técnico y universitario, pero esto también debe tener una regulación, con el propósito de evitar una saturación en el mercado. En segundo lugar y en relación con las denominadas ocupaciones elementales, el desafío no está solo en avanzar en políticas salariales y de protección social, sino también en la generación de oportunidades de formación para el trabajo que permitan transitar a ocupaciones con mayor cualificación. La capacitación laboral y también los programas de nivelación de estudios juegan un rol fundamental en esta población, en post de entregar mayores conocimientos y competencias laborales para reducir estas desigualdades.

Raúl Díaz Espinoza

Jefe de Proyecto Observatorio Laboral Atacama

Sociólogo

Magíster en Estudios Latinoamericanos

Magíster en Políticas Públicas y Gobernanza Territorial