Editorial

La violencia de género sigue cobrando vidas

Tenía solo 19 años, una joven llena de energía y con planes de formar una familia junto a su novio con quien compartía la noticia de un reciente embarazo. Damaris Meliñir, no pudo concretar sus proyectos ni sueños, todo se lo arrebataron. La mataron.

Su caso tiene conmocionada a la comunidad de la Araucanía y a todo un país que es testigo de un brutal homicidio que viene a engrosar la lista de crímenes de violencia contra la mujer.

Según el registro de la Red Chilena contra la Violencia hacia las mujeres son 10 los femicidios consumados en lo que va de este 2021, número con que damos cara a un nuevo Día Internacional de la Mujer.

Una cifra que nos duele y nos indigna. Un número que da una fuerte bofetada a quienes hace años trabajan por promover cambios culturales, por exigir mejores políticas públicas para proteger a las mujeres de la violencia machista, para incentivar la denuncia y fortalecer persecución penal del victimario.

Hemos visto el surgimiento de múltiples agrupaciones feministas y organizaciones dedicadas a visibilizar la violencia de género, entidades que empoderan a las mujeres y que brindan espacios de estudio y diálogos, de revisión de las actuales formas de hacer las cosas para promover un cambio con enfoque de género. Sin embargo, las brechas persisten y, lo que es peor, la violencia homicida contra las mujeres se mantiene sin mayor variación en los últimos 5 a 10 años.

De acuerdo con un análisis de CIPER Chile los femicidios no retroceden y a pesar de reformas y políticas contra la violencia de género las cifras se mantienen casi iguales entre el 2018 y 2020. Pero eso no es todo. El estudio realizado por el medio de comunicación también revela que de un total de 131 femicidios reconocidos por Senameg entre estos años, un 51% de las causas aún están en proceso.

La pandemia vino a profundizar la problemática, el 2020 se registraron 57 femicidios consumados y más de 150 femicidios frustrados. Esta última cifra es la más alta desde 2013.

Detrás de estos números hay vidas perdidas, familias destruidas y un largo registro de ineficiencias, negligencias, injusticias y de hacer la vista gorda o simplemente mirar a otro lado. Aquí, tanto instituciones judiciales como policías tienen una gran responsabilidad.

Este 8M debe teñir de morado todo el calendario, debe amplificar las voces que digan con fuerza ¡Ya no más! para que no dejemos de escucharlas nunca más, porque no queremos más muertes para que la cultura de la violencia de género sea realmente repudiada y frenada, el cambio es urgente, el cambio lo necesitamos HOY!.