EL OJO QUE TODO LO VE: Presidenciales, una derecha a «todo o nada»

¿Por qué esta elección es tan importante para la derecha? básicamente porque de ello depende la permanencia en los puestos de poder (autoridades y operadores políticos), privilegios, influencias y la continuidad del actual sistema económico neoliberal, simiente de las AFP, Isapres, educación y salud privadas, y desigualdad, etc… No es casual que los mismos que apoyaban a Sebastián Sichel en un primer momento (independiente – centro derecha), ahora cambien sus ideales por un candidato de la Ultraderecha, que incluso mostró amplias diferencias con el anterior. Algunos hoy incluso señalan que Sichel nunca los representó, rasgando vestiduras por un candidato ninguneado por ellos mismos en las elecciones de 2017, y meses anteriores a esta última votación.

Con la elección presidencial a la vuelta de la esquina es obvio que las «pasiones» están desatadas. De uno y otro bando nos saturan con información por las redes y en algunos casos, fake news dignos de estudios sicológicos. Lo que en un comienzo parecía un duelo de extremos, hoy parecen candidaturas encaminadas a buscar votos del centro, claro que «volteretas» de por medio, ambos siguen pontificando sus tendencias a la izquierda o derecha.

Con un Gabriel Boric que aunó apoyos de Provoste (DC) y Meo (PRO), su programa político ha debido dar necesariamente señales de mayor estabilidad y gobernabilidad para el país, debiendo retroceder en algunos puntos y avanzar en otros. Así se readecuaron sus primeras posturas en torno a la reformulación de Carabineros, el indulto a los presos de la revuelta social, impuestos y el programa económico (que integró varios nuevos asesores).

Por su parte, Jose Antonio Kast, que sumó bajo presión el apoyo de un «consternado» Sichel, también ha debido cambiar varias veces las propuestas de su programa inicial (borrando con el codo lo que escribió con la mano) como por ejemplo, lo de eliminar el Ministerio de la Mujer; el cierre del centro de estudios Flacso y del Instituto de Derechos Humanos; la persecusión a «agitadores» de izquierda; además de posturas sobre el cambio climático y pueblos originarios, así como desafortunadas declaraciones en torno a la comunidad LGTB.

En este contexto, y tal como titula el comentario, lo que más llama la atención es que para partidarios de la derecha esta parece ser una elección a «todo o nada», donde se juegan la permanencia de un modelo económico generoso con los suyos. Recordemos que en octubre de 2019, tras el Estallido Social, la elite temía (así lo dijo la primera dama) que el pueblo finalmente derrocara el sistema que tanto les había favorecido, despojándolos de poder y privilegios. No obstante, la pandemia sanitaria vino a aplacar la fuerza del Estallido, y la elite pudo mantenerse a salvo, eso sí, hasta que el triunfo del Apruebo trajo nuevamente el «miedo al cambio». Luego, políticos y fanáticos iniciaron campañas para desacreditar el trabajo de los constituyentes, lo que favorecido por conductas reprochables de algunos, les permitió dar cierto respiro. Pero hoy, ese temor a perder el poder se instala nuevamente en la derecha, con la posibilidad cierta de que un candidato de izquierda llegue a la Moneda.

¿Por qué esta elección es tan importante para la derecha? básicamente porque de ello depende la permanencia en los puestos de poder (autoridades y operadores políticos), privilegios, influencias y la continuidad del actual sistema económico neoliberal, simiente de las AFP, Isapres, educación y salud privadas, y desigualdad, etc… No es casual que los mismos que apoyaban a Sebastián Sichel en un primer momento (independiente – centro derecha), ahora cambien sus ideales por un candidato de la ultraderecha, que incluso mostró amplias diferencias con el anterior. Algunos hoy incluso señalan que Sichel nunca los representó, rasgando vestiduras por un candidato ninguneado por ellos mismos en las elecciones de 2017, y meses anteriores a esta última votación.

Si en la derecha van con todo, es porque de alguna forma saben que el proyecto de Kast es la continuidad del gobierno de Piñera, y porque perdieron miedo de apoyar total e irrestrictamente a un candidato de extrema derecha que los hace partícipes de iniciativas tan cuestionables como la construcción de zanjas para impedir el paso de migrantes; dotar de pase libre al Presidente para interceptar, registrar y detener a personas; supresión de libertades y derechos sociales; minimización de la mujer; defensa de la dictadura de Pinochet y apología a las fuerzas de orden. Polémicos postulados que a muchos ya no les ruboriza defender con tal de seguir en el poder. No es el miedo a los comunistas, que a esta altura representan solo un partido más de la amplia coalición que apoya a Boric, sino que la defensa de un modelo económico, político y social, que hace dos años el pueblo movilizado estuvo a punto de derribar. ARRIVEDERCI

Por Elmirón

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