La mujer que guía la innovación en Atacama

En los últimos años la innovación ha ido ganando terreno en la región, situación que responde a la activación de un ecosistema adecuado en que ha tenido una incidencia decisiva el funcionamiento de Cowork Atacama, el primer espacio de trabajo colaborativo en el territorio, destinado al fomento y apoyo al emprendimiento de alto impacto, espacio que surge en 2015 gracias a la alianza estratégica entre Corfo y Chrysalis, la Incubadora de Negocios de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso-PUCV.

Quisimos conocer a la copiapina detrás de este trabajo, Alejandra Tapia Ávalos, quien lidera al equipo del Cowork Atacama desde sus inicios, convirtiéndose en la mujer detrás del desarrollo de la innovación en Atacama, rol que no ha estado exento de desafíos y obstáculos que ha logrado superar con éxito, gracias a su esfuerzo, disciplina y un liderazgo que promueve el trabajo horizontal.

Sin temor a los desafíos

Desde muy joven Alejandra demostró ser una mujer valiente y de convicciones firmes, muestra de ello fue su decisión de estudiar antropología en Cuzco, donde llegó sólo con algunas referencias, recursos limitados para un año de estadía y una maleta cargada de anhelos por estudiar y comprender la cosmovisión andina a través de la música.

Recuerda que llegó en época de lluvia, “nunca había visto ese nivel de tormenta. Estando allá sola me dio medio… ahí recién le tomé el peso a la decisión, porque estando allá te das cuentas de las diferencias, las dificultades, pero también estaba contenta. Para mi todo era un descubrimiento”.

Fueron seis años de aprendizajes significativos tanto en el ámbito profesional como personal. Sin duda, esa experiencia marcó su vida y consolidó su carácter, ese que le ha permitido afrontar diferentes desafíos sin miedos y segura de lo que puede entregar, como lo fue hacerse cargo de una residencia especializada del Sename.

Aceptó este reto y generó un cambio total, propuso un nuevo modelo económico y de vinculación con los niños y jóvenes residentes, transformando su gestión en un éxito.

De esa experiencia recuerda el gran dolor que significó dejar la residencia y la compresión absoluta de que “la única oportunidad que tenemos de hacer la diferencia es entregarle (a los jóvenes) una experiencia de vida distinta, una de goce, felicidad, tranquilidad y aprendizaje”.

Aterrizaje en Cowork

En 2013 llegó la oportunidad de ser parte del programa ATACAM desarrollado en la región por la PUCV. “El programa buscaba empoderar a la mujer, decirles que tenían muchas posibilidades de generar negocios. El trabajo me hacía sentido, era transformador y eso era muy motivador”, señala.

Era un trabajo de 10 meses, que nunca pensó se convertiría en la antesala del aterrizaje concreto de la incubadora de negocios Chrysalis de la PUCV en la región y el surgimiento de Cowork Atacama.

Ese primer programa dio paso a otras iniciativas y luego a la inauguración del Cowork Atacama el año 2015, un espacio colaborativo para el emprendimiento dinámico que vino a complementar el trabajo de los dos años anteriores.

Este era un nuevo desafío cuya experiencia regional no daba buenos augurios.  “tres incubadoras habían hecho el intento de instalarse, ninguna con éxito. No aguantaron más de cinco meses”, recuerda.

Pero más allá de asustarse se subió las mangas y comenzó a planificar, a visionar cómo este cuarto intento de instalar una incubadora de negocios en Atacama sería exitoso. Ese fue el comienzo de lo que sería el surgimiento de un robusto ecosistema de emprendimientos innovadores con sello atacameño.

Equipo de Cowork Atacama

“Cuando estábamos diseñando dijimos: el trabajo hay que hacerlo desde cero, con enfoque social y cultural. Vamos a generar programas que vayan acorde a nuestra Estrategia Regional de Desarrollo de Atacama, acorde a la política de estado, a la visión que tiene la Corfo; para poder proyectar este trabajo en un periodo mayor”.

Cuando llegó la hora de formar el equipo también quiso hacer la diferencia, “teníamos la visión crítica de que las universidades que vienen de afuera, no contratan gente de acá y no generan capacidades instaladas. Con esa visión decidimos contratar a profesionales de la UDA “.

 

 

Abriendo caminos

No hay duda que Alejandra logró marcar diferencias significativas con excelentes resultados. Sin ir más lejos, podemos destacar que desde el 2016 a la fecha Atacama es uno de los ecosistemas de innovación que más se ha acelerado en el país, y que de una inversión de 60 millones de pesos el 2013, ahora existe una inversión de $800 millones para emprendimientos dinámicos de alto potencial.

“Con Cowork Atacama hemos podido darle una casa a la incubadora de negocios y seguir apostando a trabajar por la descentralización de la innovación”, afirma Alejandra, quien además destaca que los focos estratégicos de este espacio tienen que ver con el desarrollo de emprendimientos con enfoque de género, emprendimientos tecnológicos, de innovación social, asociados a las industrias limpias, al turismo y la minería.

Otros resultados destacados tienen relación a la cartera de proyectos que han logrado levantar. Por ejemplo, con el programa IncubaMujer se generaron 25 proyectos que a la fecha siguen en funcionamiento, y con el programa movilmaker, dirigido a estudiantes de todo el territorio, se ha logrado una cartera de 20 proyectos más.

Logros que el equipo quiere expandir y profundizar. Por ello se han impuesto un nuevo desafío, internacionalizar los emprendimientos que están más avanzados, a través de un trabajo en línea con Prochile.

Evaluando lo que han sido estos casi 4 años del Cowork Atacama, Alejandra afirma “el ecosistema de la región se ha hecho interesante, porque está más vivo que nunca. Tengo la seguridad y tranquilidad de que hemos construido un trabajo sólido. Somos articuladores de una transformación que aporta a la diversificación productiva de la región de la mano de los emprendedores”.

Por último, Alejandra reafirma su convicción de las grandes potencialidades que la región tiene para convertirse en referente de innovación, “Si miramos atrás vemos que aquí nace la historia de Chile, la industrialización; el primer ejemplo de descentralización del país se da acá…  tenemos una historia increíble. Nosotros los atacameños somos pioneros”.

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